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Asunción, capital de la república, se levanta al pie de los cerros Lambaré y Tucumbú, y a orillas de una hermosa bahía sobre la ribera azul del Paraguay desde 1537 en que fuera fundada por Juan de Zalazar. Posee una extensión de 183 km2, una altitud de 60 mts. La mayoría de sus calles son rectas, respondiendo al clásico sistema de la colonización española, las avenidas son profusamente arboladas, sus casas de antigua arquitectura colonial guardan en su interior enormes patios adornados por naranjos y tilos que le dan un encanto peculiar. En la zona céntrica en franco contraste, edificios de construcción moderna, dotados del mayor confort y dignos exponentes de la arquitectura.
EXCURSIONES DESDE ASUNCION
Villeta: Pequeña población al sur de la capital, rodeado de plantaciones de yerba mate y algodón, en ella se pueden captar los caracteres de la vida popular paraguaya. El trayecto puede realizarse en lancha.
San Bernardino: A orillas del hermoso lago Ipacaray gran exponente de la naturaleza. El viaje ofrece caraterísticos paisajes de la campiña paraguaya, si tomamos por la ruta 2 que constituye una de las obras camineras más importantes del país.ÿÿAregua: En el extremo opuesto del lago, es punto de veraneo de la gente conspicua de la ciudad.
Caacupé: En este lugar se levanta la iglesia de la Virgen Milagrosa de Caacupé, alli se dan cita el 8 de diciembre, miles de fieles. En las cercanías existe una pequeña cascada y sobre la carretera Estigarribia (Nº 21) se encuentra el Victoria Hotel.
Yaguarón: Al sur de Asunción se halla esta pintoresca localidad, allí se alza un templo de interés arquitectónico, construido por los Padres Franciscanos en el año 1670.
Cataratas de Iguazú: A sólo 362 km. totalmente asfaltados y 35 km., de tierra firme, que no se cierra por lluvia.
Puente Internacional: Sobre el río Paraná, en esta zona se practica equitación, esquí acuático, caza, pesca, natación
Ruinas Jesuíticas: San Ignacio la primera reducción de la Compañía del templo, restos de los edificios del colegio y los talleres convertidos ahora en un interesante museo de arte jesuítico.
Santiago Maria de Fe: Existe un pequeño museo y numerosas casas típicas con la arquitectura de la época. Un reloj de sol y la pileta de los misioneros.
Santa Rosa: Sobre la carrera de Encarnación con las ruinas del famoso templo jesuita, destruído por el incendio del año 1883. Notable fresco de Nuestra Señora de Loreto -reconstruído- y un reloj de sol tallado en piedra.
Trinidad: A 36 km. de Encarnación hacia el este, en medio de vegetación se alzan sus muros tallados en piedra, pudiéndose observar los restos de los talleres de las fortificaciones.
Jesús: Una de las más importantes. Digna de mención es la imagen del Padre Eterno, que se ha instalado en la nueva Iglesia, su cuerpo es hueco y en su interior se introducía un misionero para hablarle a los indios. También hay otras tallas con su característica de dulce expresión. Todos estos vestigios, esparcidos en la gran área de las reducciones, disponen al espíritu un profundo lenguaje evocador y reflejan en sus mutilados restos la sombra de una grandeza pasada y la fresca sensibilidad de los artistas aborígenes.
CHIPA Y ÑANDUTY Los platos típicos de la cocina paraguaya son el “chipá”, combinación de pan hecho con almidón de mandioca y queso. La sopa paraguaya, a base de torta de maíz pisado, queso, leche, huevos y cebollas. El “soyo” es una sopa a base de carne molida. El “boribori”, etc. Entre los articulos típicos de la región encontramos el “Ñanduty”, tela de araña tejida por mujeres, constituye un milagro folklórico de creación exclusivamente femenino, la tejedora sobre un bastidor de madera, tendido por fino lienzo de algodón, inscribe con su aguja las puntadas de lino formando arabescos y figuras, que luego darán forma a mantillas, pañuelos, cubre camas, chales, lienzos sagrados, manteles, etcétera. La alfarería constituye otro exponente autóctono. Figurillas de barro pintado reproducen con minuciosa fidelidad personajes y escenas cotidianas, al igual que la talla en madera de rústicas imágenes, la talabartería y los famosos anillos de ramales, formados por muchos aros de plata y filigranas.
PESCA: Paraguay, a través de una promoción lenta pero bien encaminada, ha ganado un lugar de preferencia internacional entre los aficionados a la pesca del Dorado. Si bien su fauna ictícola es amplísima y existen peces de gran tamaño como el Surubí (hasta 150 libras) y el Pacú (hasta 28 libras), dignos de figurar en la mesa más exigente, la Piraña, por su bien ganada fama como “el asesino del rio” (aunque por suerte no existen cardúmenes tan peligrosos como en otros países sudamericanos) y otras especies varias, cuando se habla de pesca en nuestro país, deportivamente, se entiende, se habla del DORADO (Characide), que además de ofrecer una carne deliciosa, está considerado como el pez más luchador de los ríos y es un gran atractivo para profesionales y aficionados.
EL DORADO: De cuya vida muy poco se conoce, es un pez de ilimitadas condiciones migratorias y su vida transcurre en los principales ríos de la cuenca del Plata: Paraná, Paraguay, Uruguay y sus innumerables afluentes (también existe en algunos ríos de Africa). El Dorado vive en perpetuo movimiento y no admite la vida en cautividad. Se lo encuentra entre las correderas, entre las piedras y aguas de mucha turbulencia, aunque claras. En épocas de bajante el Dorado baja de los riachos a los grandes ríos y se establece en las confluencias, a la espera de los cardúmenes que bajan por los ríos menores. De gran voracidad y actividad constante, su única preocupación aparente es la de alimentarse y ataca -sin discriminación- cualquier objeto en movimineto que se parezca a un pez. Tal es así que en la pesca deportiva se usa preferentemente cucharas (spoons) o señuelos artificiales (lures). Cuando crecen los ríos y siempre en busca de alimentos y aguas transparentes, el Dorado remonta los riachos y se lo encuentra entre los rápidos y las nacientes. Por ello, Paraguay es el pesquero ideal, ya que en cualquier época del año se lo encuentra, ya sea en sus grandes ríos Paraguay y Paraná durante las bajantes o en sus afluentes en épocas de creciente.
CAZA MAYOR: Paraguay ofrece, hoy en día una de las más grandes y accesibles reservas de caza del continente. Si bien su fauna está diseminada por todo el territorio, el Gran Chaco brinda mejores oportunidades por ser una inmensa y desolada planicie cuyos montes de vegetación espinosa son más limpios y permiten el desplazamiento y la persecución de las presas. El Chaco puede dividirse en tres grandes regiones bien diferenciadas. La primera o el litoral, franja de 250 km. adyacente al río Paraguay está cubierta por varios ríos e innumerables esteros y es el paraíso de los cazadores de patos. Existe gran variedad de especies, destacándose el pato Bragado (Moscavy Duck), cuyo peso oscila entre 8 y 12 libras siendo también la guardia natural de enormes y peligrosos yacares (alligator) y carpinchos (capibara). La segunda región, de otros 250 kilómetros de ancho, es el hábitat de las grandes piaras de pecaríes. Los hay de dos tipos, ambos nativos del continente: el Pecari Tajacu (elbi-rostris) y el pecari de collar (Collared Peccari) que medran en piaras de hasta 100 ejemplares y cuya cacería a través de los montes es apasionante y realmente peligrosa. En la tercera y última región,lindando con Bolivia, la vegetación se hace más dura, espinosa y achaparrada. Allí, el Jaguar (Panthera Onca) es el rey y trofeo indiscutido. El avance de la civilización lo ha obligado a guarecerse en los más recónditos rincones del Chaco, buscando las inhóspitas soledades semi-desérticas. Gran caminador, está en perenne movimiento, especialmente en invierno rondando las escasas aguas al acecho de venados (Deers) y pecaríes, que son su alimento cotidiano. El Puma (puma concolor, mountain lion), el Tapir, El Gato Onza (ocelot) y el Zorro Colorado (Maned wolff) y los venados (Deers) complementan un variado cuadro que permite al cazador realizar una interesante excursión cinegética.
Asunción, capital de la república, se levanta al pie de los cerros Lambaré y Tucumbú, y a orillas de una hermosa bahía sobre la ribera azul del Paraguay desde 1537 en que fuera fundada por Juan de Zalazar. Posee una extensión de 183 km2, una altitud de 60 mts. La mayoría de sus calles son rectas, respondiendo al clásico sistema de la colonización española, las avenidas son profusamente arboladas, sus casas de antigua arquitectura colonial guardan en su interior enormes patios adornados por naranjos y tilos que le dan un encanto peculiar. En la zona céntrica en franco contraste, edificios de construcción moderna, dotados del mayor confort y dignos exponentes de la arquitectura.
EXCURSIONES DESDE ASUNCION
Villeta: Pequeña población al sur de la capital, rodeado de plantaciones de yerba mate y algodón, en ella se pueden captar los caracteres de la vida popular paraguaya. El trayecto puede realizarse en lancha.
San Bernardino: A orillas del hermoso lago Ipacaray gran exponente de la naturaleza. El viaje ofrece caraterísticos paisajes de la campiña paraguaya, si tomamos por la ruta 2 que constituye una de las obras camineras más importantes del país.ÿÿAregua: En el extremo opuesto del lago, es punto de veraneo de la gente conspicua de la ciudad.
Caacupé: En este lugar se levanta la iglesia de la Virgen Milagrosa de Caacupé, alli se dan cita el 8 de diciembre, miles de fieles. En las cercanías existe una pequeña cascada y sobre la carretera Estigarribia (Nº 21) se encuentra el Victoria Hotel.
Yaguarón: Al sur de Asunción se halla esta pintoresca localidad, allí se alza un templo de interés arquitectónico, construido por los Padres Franciscanos en el año 1670.
Cataratas de Iguazú: A sólo 362 km. totalmente asfaltados y 35 km., de tierra firme, que no se cierra por lluvia.
Puente Internacional: Sobre el río Paraná, en esta zona se practica equitación, esquí acuático, caza, pesca, natación
Ruinas Jesuíticas: San Ignacio la primera reducción de la Compañía del templo, restos de los edificios del colegio y los talleres convertidos ahora en un interesante museo de arte jesuítico.
Santiago Maria de Fe: Existe un pequeño museo y numerosas casas típicas con la arquitectura de la época. Un reloj de sol y la pileta de los misioneros.
Santa Rosa: Sobre la carrera de Encarnación con las ruinas del famoso templo jesuita, destruído por el incendio del año 1883. Notable fresco de Nuestra Señora de Loreto -reconstruído- y un reloj de sol tallado en piedra.
Trinidad: A 36 km. de Encarnación hacia el este, en medio de vegetación se alzan sus muros tallados en piedra, pudiéndose observar los restos de los talleres de las fortificaciones.
Jesús: Una de las más importantes. Digna de mención es la imagen del Padre Eterno, que se ha instalado en la nueva Iglesia, su cuerpo es hueco y en su interior se introducía un misionero para hablarle a los indios. También hay otras tallas con su característica de dulce expresión. Todos estos vestigios, esparcidos en la gran área de las reducciones, disponen al espíritu un profundo lenguaje evocador y reflejan en sus mutilados restos la sombra de una grandeza pasada y la fresca sensibilidad de los artistas aborígenes.
CHIPA Y ÑANDUTY Los platos típicos de la cocina paraguaya son el “chipá”, combinación de pan hecho con almidón de mandioca y queso. La sopa paraguaya, a base de torta de maíz pisado, queso, leche, huevos y cebollas. El “soyo” es una sopa a base de carne molida. El “boribori”, etc. Entre los articulos típicos de la región encontramos el “Ñanduty”, tela de araña tejida por mujeres, constituye un milagro folklórico de creación exclusivamente femenino, la tejedora sobre un bastidor de madera, tendido por fino lienzo de algodón, inscribe con su aguja las puntadas de lino formando arabescos y figuras, que luego darán forma a mantillas, pañuelos, cubre camas, chales, lienzos sagrados, manteles, etcétera. La alfarería constituye otro exponente autóctono. Figurillas de barro pintado reproducen con minuciosa fidelidad personajes y escenas cotidianas, al igual que la talla en madera de rústicas imágenes, la talabartería y los famosos anillos de ramales, formados por muchos aros de plata y filigranas.
PESCA: Paraguay, a través de una promoción lenta pero bien encaminada, ha ganado un lugar de preferencia internacional entre los aficionados a la pesca del Dorado. Si bien su fauna ictícola es amplísima y existen peces de gran tamaño como el Surubí (hasta 150 libras) y el Pacú (hasta 28 libras), dignos de figurar en la mesa más exigente, la Piraña, por su bien ganada fama como “el asesino del rio” (aunque por suerte no existen cardúmenes tan peligrosos como en otros países sudamericanos) y otras especies varias, cuando se habla de pesca en nuestro país, deportivamente, se entiende, se habla del DORADO (Characide), que además de ofrecer una carne deliciosa, está considerado como el pez más luchador de los ríos y es un gran atractivo para profesionales y aficionados.
EL DORADO: De cuya vida muy poco se conoce, es un pez de ilimitadas condiciones migratorias y su vida transcurre en los principales ríos de la cuenca del Plata: Paraná, Paraguay, Uruguay y sus innumerables afluentes (también existe en algunos ríos de Africa). El Dorado vive en perpetuo movimiento y no admite la vida en cautividad. Se lo encuentra entre las correderas, entre las piedras y aguas de mucha turbulencia, aunque claras. En épocas de bajante el Dorado baja de los riachos a los grandes ríos y se establece en las confluencias, a la espera de los cardúmenes que bajan por los ríos menores. De gran voracidad y actividad constante, su única preocupación aparente es la de alimentarse y ataca -sin discriminación- cualquier objeto en movimineto que se parezca a un pez. Tal es así que en la pesca deportiva se usa preferentemente cucharas (spoons) o señuelos artificiales (lures). Cuando crecen los ríos y siempre en busca de alimentos y aguas transparentes, el Dorado remonta los riachos y se lo encuentra entre los rápidos y las nacientes. Por ello, Paraguay es el pesquero ideal, ya que en cualquier época del año se lo encuentra, ya sea en sus grandes ríos Paraguay y Paraná durante las bajantes o en sus afluentes en épocas de creciente.
CAZA MAYOR: Paraguay ofrece, hoy en día una de las más grandes y accesibles reservas de caza del continente. Si bien su fauna está diseminada por todo el territorio, el Gran Chaco brinda mejores oportunidades por ser una inmensa y desolada planicie cuyos montes de vegetación espinosa son más limpios y permiten el desplazamiento y la persecución de las presas. El Chaco puede dividirse en tres grandes regiones bien diferenciadas. La primera o el litoral, franja de 250 km. adyacente al río Paraguay está cubierta por varios ríos e innumerables esteros y es el paraíso de los cazadores de patos. Existe gran variedad de especies, destacándose el pato Bragado (Moscavy Duck), cuyo peso oscila entre 8 y 12 libras siendo también la guardia natural de enormes y peligrosos yacares (alligator) y carpinchos (capibara). La segunda región, de otros 250 kilómetros de ancho, es el hábitat de las grandes piaras de pecaríes. Los hay de dos tipos, ambos nativos del continente: el Pecari Tajacu (elbi-rostris) y el pecari de collar (Collared Peccari) que medran en piaras de hasta 100 ejemplares y cuya cacería a través de los montes es apasionante y realmente peligrosa. En la tercera y última región,lindando con Bolivia, la vegetación se hace más dura, espinosa y achaparrada. Allí, el Jaguar (Panthera Onca) es el rey y trofeo indiscutido. El avance de la civilización lo ha obligado a guarecerse en los más recónditos rincones del Chaco, buscando las inhóspitas soledades semi-desérticas. Gran caminador, está en perenne movimiento, especialmente en invierno rondando las escasas aguas al acecho de venados (Deers) y pecaríes, que son su alimento cotidiano. El Puma (puma concolor, mountain lion), el Tapir, El Gato Onza (ocelot) y el Zorro Colorado (Maned wolff) y los venados (Deers) complementan un variado cuadro que permite al cazador realizar una interesante excursión cinegética.
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