Turismo en Cnel. Moldes (Cabra Corral)
CABRA CORRAL Un tratado que data de 1965, que formalizaron las provincias de Salta y Santiago del Estero, en razón del caracter interprovincial que finalmente alcanzaría la obra, dio origen al planeamiento de la presa Cabra Corral, que finalmente se ha transformado en admirable realidad. Habíase contemplado oportunamente todo cuanto atañe a la construcción, financiación, operación y mantenimiento de la hoy imponente presa, así como la correspondiente utilización de las aguas del notable embalse. Para concretar este emprendimiento se tuvo debidamente en cuenta que el río Juramento. Pasaje o salado, como es conocido en sus diversos tramos, tiene las excepcionales características de interprovincial, con su total cuenca imbrífera o naciente en territorio salteño.
Resulta oportuno recordar que tan importante acuerdo interprovincial tuvo principal base en una trascendental reunión de Gobernadores de las provincias del Noroeste Argentino, realizada en 1964. El tratado pudo concretarse al cabo de poco más de un semestre, índice de la disposición de ánimo de todos cuantos participaron de las deliberaciones con vista a la efectividad de lo que entonces era apenas una idea, una aspiración. Privó en los participantes de tan importante encuentro un alto espíritu nacional que se sobrepuso a meros intereses regionales. Altos funcionarios de Agua y Energía Eléctrica intervinieron en la exhaustiva consideración de los planes en razón del importante aspecto técnico de las obras que debieron encararse. La finalidad de estos trabajos era la de embalar las aguas de la confluencia de los ríos Guachipas y Arias en la provincia de Salta, sobre el río Juramento, en el departamento. Las Viñas, para obtener, con regulación de su derrame, importantes beneficios, tales como la producción de más de 250 millones de kilovatios hora por año, con una central de 102000 kw. de potencia instalada, incorporados al sistema norte de Agua y Energía. Se logra de este modo el riego racional de más de 110 mil hectáreas de tierras fértiles de las provincias de Salta y Santiago del Estero, se obtiene la atenuación de las crecidas, pues la capacidad del embalse, de 3135 hectómetros cúbicos posibilita la absorción de casi la totalidad de dichas aguas y, aún en las más desfavorables condiciones, permiten regular su dispersión para reducir considerablemente los daños que experimentaban regularmente los sectores costeros alcanzados por las inundaciones producidas por el Río Juramento.

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